Sin darnos cuenta nos hemos plantado en la recta final de una legislatura que en Benidorm han sido cuatro años perdidos. Ya ni tan siquiera podemos decir que faltan cincuenta días para depositar nuestra confianza en los nuevos gobernantes de la ciudad, simplemente porque faltan menos. Y para un servidor parece que fue ayer cuando iniciamos el reto de llegar a abril de 2015 con un grupo de hombres y mujeres que bajo el paraguas del partido político Ciudadanos por Benidorm, fuese capaz de ofrecer una candidatura digna de personas capacitadas para gestionar una ciudad como es la nuestra, donde sólo hace falta tener pundonor, buen gusto, sentido común, ética, moral, vergüenza propia, honradez, dignidad, decoro y orgullo por nuestro pueblo, por esta bendita ciudad llamada Benidorm, a la que algunos de quienes se sientan en el Salón de Plenos han masacrado a sus gentes a base de impuestos confiscatorios y acciones inhumanas, y han asolado sus calles y plazas con una gestión que en las dos últimas décadas ha sido muy parecida a la que realizan los cuatreros, rateros, saqueadores y timadores de la sociedad. No se ha podido hacer peor ni aún queriéndolo hacer. Y ahora, de forma desconsiderada y grosera, hemos ido conociendo en las últimas semanas que son precisamente los carteristas y maleantes que han arruinado a Benidorm los mismos que vuelven a pedirnos la confianza en unas elecciones municipales como son las del 24 de mayo venidero donde este pueblo ha de saber elegir para estar bien gobernado. Y desde Ciudadanos por Benidorm llevamos trabajando con prestigio y decencia desde hace casi dos años para ofrecer una sucesión que haga sentirnos orgullosos a todos, porque de todos depende nuestro presente y nuestro futuro más inmediato.
Les voy a confesar una cosa. Estos días de descanso he rescatado de mi biblioteca un libro donde el filósofo ateniense Aristóteles plasma una frase que viene a decir algo así como que las sociedades no necesitan a gobiernos perfectos, sino a gobiernos que sean prácticos. Y en cierta medida me he sentido reconocido con esas palabras porque es la filosofía que ha caracterizado al partido que me digno en presidir y por el que soy candidato a la Alcaldía, el partido Ciudadanos por Benidorm. Todos los ciudadanos de este pueblo, de esta ciudad, deben saber que los techos y las pareces de su Ayuntamiento, en caso de gobernar CBM, serán de cristal transparente como agua de manantial, y no el albañal que son en la actualidad.
Y llegado este momento, donde ya divisamos la meta del 24-M a lo lejos, quiero compartir también con Ustedes una simple operación matemática, que dice todo, y sobre todo delata claramente a quienes han estado y están al frente de los designios de esta ciudad. Ya no nos vale recordar el estado del Pere María Orts, o el Palau de Cultura, o la Avenida Mediterráneo, o las calles convertidas en porquerizas en casi todos los barrios…. No, ya no merece la pena porque Ustedes son sabios e inteligentes, y por tanto, ese peldaño ya lo damos por superado. Hagamos la cuenta de la vieja, y saquemos conclusiones.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, la media de habitantes de Benidorm en los últimos treinta años podemos situarla en los 55.000 ciudadanos de hecho y de derecho. Y según datos oficiales de la Diputación Provincial de Alicante, los presupuestos municipales de Benidorm en esos mismos treinta años han sido de 3.600.000.000 de €. Es decir, la división deja claro que cada ciudadano de este bendito pueblo ha dispuesto para inversiones y otras materias, de media en ese tiempo, la friolera de 65.564 euros per cápita, lo que viene a ser unos once millones de pesetas por cabeza en estas tres décadas.
Hablamos de cantidades fiables, hablamos de millones por cada benidormense que no sabemos dónde han ido a parar, cómo han sido capaces de despilfarrar tal monstruosidad y Benidorm haya envejecido y esté en la tercera división de los destinos turísticos internacionales, por qué alguien desde dentro y desde fuera de este pueblo lo ha permitido, quiénes han sido los responsables aparte de las caras que todos conocemos y que pretenden seguir sentados en sus poltronas, y sobre todo queridos amigos, cuándo vamos a poner fin a esta sangría de dinero a cambio de nada, porque lo único que estamos recibiendo en el Ayuntamiento todos los benidormenses son citaciones judiciales para nuestro alcalde, y ya estamos viendo cómo la policía anda detrás de éstos y de quienes les precedieron, a juicio de la prensa escrita esta misma Semana Santa. Y todos ellos, sin excepción, aparte de habernos arruinado, y de estar en el punto de mira de investigaciones muy vergonzantes para los vecinos, son los mismos que nos van a pedir su confianza en menos de cincuenta días. De ahí el título de este artículo, que viene a ser una frase de unos de los grandes de la cuna de la democracia, Aristóteles, donde ser refleja la importancia de saber elegir para saber estar bien gobernados.
Empezamos una semana clave para todos quienes nos presentaremos a los comicios de mayo, y puedo asegurarles que en breves horas conocerán Ustedes la lista y candidatura de Ciudadanos por Benidorm, la única que va a ofrecer caras nuevas, ideas que necesita la ciudad, hombres y mujeres que nos levantamos al alba y dejamos de trabajar con el ocaso, y a veces, trabajamos de noche para llevar con el sudor de nuestra frente un jornal a casa, algo que estos que se han cepillado once millones de pesetas por cabeza de todos y cada uno de nosotros en los últimos treinta años, no saben lo que es “hacer la o con un canuto”, y encima presumen de tener las recetas para rematarnos si seguimos confiando en ellos. Benidorm está herida de muerte, y nadie en su sano juicio votaría a alguien que hubiese acuchillado a su hermano, a su padre o a su madre. Éstos lo han hecho, quieren quedar impunes, y encima nos piden casi que nos pongamos de rodillas. No permitamos más humillaciones, y vayamos pensando en elegir bien el próximo 24 de mayo. Con tu voto, tú y solo tú va a poder cambiar el rumbo de esta ciudad que tanto nos ha dado a todos y que tanto o más nos ofrecerá una vez echemos del Ayuntamiento a quienes la han saqueado. Sólo así podremos mirar juntos al futuro. Nunca olvidéis que la verdadera altura de Benidorm está en vosotros mismos y en lo que hagamos todos en las urnas dentro de apenas cincuenta días.
Benidorm a seis de abril de dos mil quince.
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