miércoles, 18 de febrero de 2015

Cómo arruinar una jornada de felicidad en un pueblo como Benidorm

Benidorm vivió ayer lunes día 13 de octubre de 2014 uno de los días más lamentables de su historia política. La llegada del crucero Amadea, que podría haber sido muy positivo para todos, quedó en la escenificación de la ruindad de la casta política local ante la imperiosa necesidad de protagonismo de nuestros gobernantes. Ayer se puso de manifiesto la incapacidad inequívoca de Agustín Navarro y Gema Amor, quienes en cinco horas quisieron salvar su carrera política de sus nefastos últimos años gobernando Benidorm.

Los ciudadanos de Benidorm deben saber que si ayer atracó en nuestra bahía ese buque cargado de turistas alemanes fue, simple y llanamente, porque el Puerto de Alicante estaba repleto e inmerso en una actividad provechosa para la capital de la provincia, la Ocean Volvo Race; todo lo contrario a lo sucedido aquí, donde dos gobernantes absolutamente amortizados como son el matrimonio Navarro-Amor, sólo buscaron la foto y el protagonismo para seguir vendiendo hoy, veinticuatro horas más tarde, una falsedad y una estafa monumental a todos los comerciantes y empresarios de Benidorm, que vemos atónitos la complicidad de la casta con unos medios de comunicación que rozan un listón de corrupción y prostitución mediática desconocida hasta ahora.

Como presidente del partido “Ciudadanos por Benidorm” me veo en la obligación de denunciar que Agustín y Gema no sólo hicieron funcionar sorprendentemente la maquinaria de limpieza viaria por la llegada del buque y sus 528 pasajeros, sino que se limpiaron parques y jardines, se pusieron el mono de faena los servicios técnicos municipales en un alarde de “faeners” desconocido en los últimos cinco años por todos los vecinos, e involucraron, en contra de la opinión de los profesionales de esta ciudad, a comercios, concesionarias, hostelería y hasta las asociaciones. Todo ello, como habrán visto los benidormenses, aderezado con la música de una bandeta llegada desde Valencia, que a buen seguro los chicos no se desplazaron gratis desde la capital del Turia para hacerle reverencias al alcalde y la vicealcaldesa.

Pienso y estoy convencido que esta forma de tratar a todo un pueblo traerá sus consecuencias. No pueden acabar bien las imposiciones y las modificaciones en los ritmos laborales de cientos de empresarios por el capricho de dos personas necesitadas de fotografías y de un protagonismo inmerecido. La factura que va a pagar Benidorm y todos sus ciudadanos por este desaguisado será alta, quizás demasiado alta para los paupérrimos resultados obtenidos.

Ayer, como cada día, en Benidorm se contabilizaban 75.000 personas censadas que hacían su rutina, y no menos de 150.000 visitantes y turistas que gozaban de la ciudad y del buen clima junto a nosotros. A todos ellos, a nativos y visitantes se les faltó el respeto por completo bajo mi humilde punto de vista, pues no podemos olvidar que hasta la Policía Municipal estuvo movilizada para agasajar a 300 personas que pasaron cuatro horas junto a nosotros. Yo, Leopoldo Bernabeu, digo que si eso no es la mayor falta de respeto que se ha tenido hacia la sociedad local y sus turistas, que alguien me convenza de que estoy equivocado y no estoy en lo cierto.

Antes denunciaba la lejanía de los medios de comunicación con el pueblo oprimido por esta casta política deleznable, y denuncio su cercanía con el poder a cambio de no se muy bien qué, pero que seguro sale de nuestro trabajo, de nuestros impuestos, de nuestras tasas y de nuestras obligaciones con la Hacienda, que en Benidorm se han convertido en confiscatorias debido a estos gobernantes que no sacian su necesidad de despilfarrar, a pesar de todo lo que pillan por delante.

Pero también quiero denunciar otras cosas que sucedieron ayer, y lo hago con el respaldo de cientos de afiliados y simpatizantes de mi partido que me condicionan a ser riguroso y responsable como lo he sido a lo largo de toda mi vida profesional. Ayer en nuestra ciudad pudo suceder una desgracia, y no podemos pasar por alto preguntar cómo fue posible que un buque del tamaño del Amadea anclara en la bahía, pudiendo dañar los bancos de posidonia que son los que moderan el oleaje y oxigenan y mejoran la calidad del agua a unas playas catalogadas como de las diez mejores del mundo. ¿ Alguien se ha preguntado si ese buque hubiese encallado, hubiese perdido combustible, y hubiese dañado a la joya de nuestra corona, qué hubiera pasado, quiénes hubiesen sido los responsables?. No creo, y lo digo con rotunda convicción, que valga la pena poner en riesgo nuestras playas, las que nos dan de comer a todos, por atender a 300 personas durante cuatro horas. Me siento en la obligación de preguntar y preguntarme a mí mismo si Agustín Navarro y Gema Amor hicieron previsión de posibles riesgos y contrataron una póliza de seguros de la que nadie hemos oído hablar.

Por desgracia, estos movimientos y estrategias vienen a demostrar que estamos cercanos a unas elecciones municipales a las que llegan agotados estos políticos corruptos necesitados de portadas de periódicos que terminamos pagando entre todos. Mucho me temo, mucho nos tememos los benidormenses de bien, que tanto Navarro como Amor van a hacer el ridículo las veces que haga falta y faltarnos el respeto a todos cuantas veces sean necesarias, poniendo en riesgo nuestra principal fuente de riqueza, como son las playas y el agua de la bahía, con tal de seguir ellos en el poder una hora más, un día más....sin darse cuenta que ellos son el cargo que ostentan y ocupan gracias a los voto de unas miles de personas a las que han defraudado en grado superlativo… y nada más. Como personas y como benidormenses ya nos han demostrado a todos que hace tiempo que dejaron de luchar por el bien de su pueblo y por el bien de sus ciudadanos.

Finalizo con un deseo, que espero compartan todos mis lectores, y que no es otro sino que exijo a la casta gobernante de Benidorm que no se vuelva a repetir la falta de respeto que sufrimos ayer, y se deje de humillar con estos comportamientos del alcalde y la vicealcaldesa a los 6.000.000 de turistas que visitan nuestra querida ciudad cada año. Quiero apelar al sentido común de estos impresentables, si es que les queda algo de ello, para que al menos desde hoy y hasta el 24 de mayo de 2015 demuestren respeto a Benidorm, a sus 75.000 ciudadanos, y por supuesto, a los millones de visitantes y turistas.

En Benidorm a catorce de octubre de dos mil catorce.

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